jueves, 25 de octubre de 2012

Capítulo Vigésimo Octavo: Las tres reinas y los dos Jokers.


            En fin, si alguna vez se preguntaron cómo es Veronika, este es el momento de explicarles. Veronika es una chica de apariencia dulce cuando sonríe que, por lo normal, es poco. Su pelo es gris oscuro y largo, prácticamente liso, aunque en algunas ocasiones algunos rizos se formaban por sus mechones delanteros. Su tez es de un blanco porcelana sobre el que resaltaban sus mejillas y labios rosados. Es delgada y pequeña, y sus ojos del azul más oscuro posible, el cual solo se distinguía cuando alguien le hacía una foto con flash o cuando los rayos del sol reflectaban en ellos. Sin lugar a dudas, era algo por lo que muchos pagarían por ver. Sin embargo, ella tenía una persona para la cual sus ojos resaltaban más en la oscuridad que a la simple luz del sol: el gato negro de ojos verdes. Él le dijo una vez, que el cielo solo se veía azul por la luz reflejada del sol por la luna, pero cuando esto no era así y solo las estrellas bañaban el inmenso manto negro, de esta manera, ver los ojos de Veronika brillar en la oscuridad se convirtió en uno de los pasatiempos preferidos del gato.
            Pero a pesar de su aspecto, Veronika es una persona que bajo su orgullo esconde demasiadas cosas. Demasiada inseguridad, demasiado dolor, demasiados deseos sin cumplir. Era una persona que dedicaba la mayor parte de su tiempo a sueños escapistas. A imaginar y escribir con mayor detalle la vida de su alter ego, Olivia.
            Olivia es casi todo lo contrario que Veronika. Y es “casi”, ya que es Veronika quien la creó, por lo tanto solo es un reflejo que combate sus carencias en la realidad. Olivia antes se llamaba Amai, era una cantante de pop realmente conocida en Inglaterra. Su pelo era rubio, largo y rizado. Sus ojos de un color marrón miel. Usaba ropa cara para mantener esa imagen una vez cruzara las puertas de su casa. Pero ella también tenía a alguien: Zero, o JT solo entre los dos. Ambos se conocieron en el orfanato en el que permanecieron durante años. Fue JT quien la sacó de allí, quien hizo todo lo necesario para darle una vida mejor, y fue él quien le mostró quién era, su pasado antes de llegar a aquel antro, pero solo lo hizo una vez que pudo confirmar que era ella la chica que conoció nada más llegar al orfanato, aquella personita que quería saber qué pasaba, aquella, que no podía recordar o que simplemente olvidó todo.
            Solo cuando Olivia conoció su propio nombre consiguió reunir el suficiente valor para perseguir sus sueños, pues aunque tan solo sea un nombre, para ella implicaba conocerse a sí misma. Olivia es una viajera un tanto despreocupada. Tiene lo necesario para vivir, dinero, un móvil y una foto de su madre. No tenía padre, y su madre murió durante el parto, quizá por ello pudo mantener su belleza intacta, belleza de la cual tanto Olivia como Veronika sentían celos y a la vez admiración. Sus ojos azules oscuros, pero no tanto como los de nuestra protagonista. Su cara alegre, su sonrisa y sus pómulos levantados. Tenía el pelo al igual que su hija, salvo que este era marrón. Por eso Olivia decidió cambiar, tiñó su pelo y usó lentes de contacto del mismo color que los ojos de su madre, de esta forma poder levantarse y, al mirarse al espejo, recordar quién era, gracias a quién estaba allí.
            A pesar de todo, Olivia no podía evitar tener unos sueños tan escapistas como Veronika. En el fondo, aunque no culpaba a nadie de lo que pasó, no podía evitar pensar en qué hubiera pasado si sus padres aún siguiera allí, si hubiera tenido algún hermano como lo fue JT para ella. Olivia creó a Shina. Pero de este personaje no sabemos apenas nada ya que Olivia solo le canta, mirando al cielo, como si allí estuviera ella, como si realmente estuviera deseando que existiera de veras.


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